A veces, en nuestra práctica como terapeutas, nos encontramos con ciertas características de personalidad en nuestros pacientes que nos generan malestar, incluso algo de rechazo. Quizá nos cuesta admitir que es así, pero si te ha pasado, tranquilo/a…Eres humano, pero… ¿Te has parado a pensar por qué?
Existe una teoría conocida como la Ley del Espejo que nos dice que aquello que no toleramos en los demás, puede tener que ver con nosotros, o mejor dicho, con aquello que no aceptamos de nosotros mismos.
Por ejemplo, si te encuentras sintiendo frustración ante un paciente que se queja constantemente, vale la pena cuestionarte: ¿acaso tú te permites quejarte? ¿Sería posible que haya una parte de ti que anhela expresar sus propias quejas pero que no se siente libre para hacerlo? ¿Qué te ha impedido poder hacerlo?
Además, podrías preguntarte a quién te recuerda esta persona y qué emociones han quedado sin procesar o aceptadas en relación con esa figura. Quizás hay paralelismos con experiencias pasadas que te resultan incómodas.
La clave aquí es la autoexploración: al reconocer y aceptar esos aspectos de nosotros mismos, podemos transformar nuestro rechazo en empatía y comprensión.
Igualmente, resulta fundamental tener nuestros espacios de SUPERVISIÓN, para poder ahondar en todo aquello que se nos va despertando en nuestro trabajo del día a día, junto con otros colegas de profesión.
💖 Recuerda, todo lo que ves en otros, puede ser un espejo que te muestra tu propio viaje.
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