


En la vida, a menudo anhelamos el bienestar instantáneo, pero olvidamos que de A a B hay un camino que debemos recorrer.
Este túnel representa ese trayecto. A veces, queremos saltar del malestar al bienestar sin pasar por el duro proceso que implica.

No existe el teletransporte emocional. No podemos simplemente hacer clic y llegar a la felicidad. Cada paso en el camino, incluso aquellos que nos resultan difíciles, nos enseña, nos fortalece y nos transforma.
Así que, permitámonos sentir. Permitámonos transitar ese camino, sin prisa, con paciencia y compasión hacia nosotros mismos.
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