Vivimos en una sociedad donde, muchas veces, se nos enseña a ocultar nuestras emociones. Piensa en la última vez que alguien te preguntó: “¿Qué tal estás?” Tic tac, tic tac… Estoy segura de que el 98% de las veces (y dejo un 2% para no pillarme los dedos) contestas "bien". Pero, ¿cuántas de esas veces es realmente cierto?
Es asombroso cómo hemos aprendido a ponernos en muchas ocasiones una máscara 🎭 y mostrar una versión de nosotros mismos que no siempre es la real. ¿Cuántas veces te has puesto la máscara para no preocupar a los demás?, ¿para que no te pregunten más?, ¿para que no te digan que “siempre te haces la víctima”?
Conectar con lo que realmente sentimos puede doler, es verdad. Pero mantener esa máscara de forma continuada, te aseguro que pesa aún más. 😟✨ No deberíamos tener miedo de ser vulnerables. Si estás feliz, ¡exprésalo! Si estás triste o enfadado, ¡también exprésalo! La autenticidad es liberadora.
Así que hoy te invito a reflexionar: ¿Qué máscaras sueles ponerte en tu día a día?

Comments